Filosofía y Empresa
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La apertura de vuelos internacionales a Galápagos representa riesgos
David Pulloquinga
La crisis sanitaria afectó al turismo, en especial en Galápagos. Sin embargo, la apertura de vuelos directos internacionales al archipiélago trae consigo muchos riesgos para la población y la biodiversidad.
La pandemia del coronavirus en Ecuador ha dejado graves secuelas para el sector turístico, uno de los principales dinamizadores de la economía nacional. Desde el 15 de marzo, todas las operaciones se encuentran detenidas. Las autoridades calculan que, entre marzo y abril, el país ha sufrido pérdidas por más de 600 millones de dólares, debido a la paralización de esta actividad. En Galápagos, esta situación es todavía más dramática, pues las islas dependen en gran medida del turismo. Hoy en día, los esfuerzos de todos están focalizados en reactivar gradualmente la economía y trabajar para recuperar el país. En ese contexto, surgió en la Asamblea la iniciativa de incluir en la Ley de Apoyo Humanitario una disposición que abre la posibilidad de activar los aeropuertos de las islas Galápagos para vuelos internacionales directos, una decisión que podría representar importantes riesgos. El pasado domingo, 17 de mayo, participé en Teleamazonas en el panel denominado “Salud y producción”, en donde tuve oportunidad de exponer algunos de los motivos que no permitirían que esta decisión sea viable. Mi principal preocupación, así como la de muchos colegas empresarios, ecologistas y fundaciones ambientales, son las afectaciones que puede sufrir la población y este patrimonio natural.
En los aeropuertos del país se realiza un control biológico de las aeronaves nacionales que viajan hacía Galápagos. Con la llegada directa de los vuelos internacionales, se perdería la posibilidad de controlar a los pasajeros y aeronaves que ingresan a las islas, poniendo en peligro a los habitantes del archipiélago, mientras el Covid-19 nos mantenga en alerta. Existen otros factores como la falta de carga de combustible en los aeropuertos de Galápagos. Además, si se llegase a aprobar esta disposición, se eliminarían los vuelos diarios desde el Ecuador continental, que transportan gran cantidad de alimentos y mercadería que consumen los galapagueños y que usan los pasajeros locales como medio de transporte, provocando que se eleve el costo de los viajes al existir una menor oferta de vuelos. El turismo en el continente también se vería afectado, ya que se reduciría considerablemente la estadía de los turistas, que visitan primero ciudades como Quito, Guayaquil o Cuenca. Las ruedas de la economía comienzan a girar, pero el turismo todavía necesita tiempo para recuperarse. La crisis sanitaria también repercutió en nuestra imagen a nivel internacional. Nuestro principal objetivo debería ser recuperar la confianza de los turistas. Los pronósticos señalan que, hasta diciembre de este año, cuando se espera conseguir la vacuna contra la nueva cepa de coronavirus, la actividad turística continuará detenida. Hasta ese momento, cuando será seguro viajar y contar con los protocolos apropiados para el tránsito de turistas, debemos buscar otras alternativas para mantener a flote al sector turístico, que cuenta con más de 500 mil trabajadores, equivalente al 6% de la fuerza laboral de todo el país. Como empresario comprometido con el desarrollo del turismo, junto a otros colegas, estamos impulsando acuerdos con las autoridades pertinentes para que se faciliten créditos a los operados turísticos. Todos debemos trabajar para que se el Ecuador continúe siendo un referente turístico a nivel mundial.