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Vistazo: «Obras son amores»
Brayan Chaparro
El 2020 fue un año donde todos nos pusimos la camiseta solidaria y arrimamos el hombro para luchar contra la pandemia, así lo destaca la revista Vistazo en un artículo que resalta las acciones que emprendimos desde la ciudadanía para ayudar a los ecuatorianos en momentos tan difíciles.
La revista Vistazo, en su edición de enero, destacó las acciones que realizamos desde la sociedad civil, para apoyar a la población más afectada durante la emergencia sanitaria por el Covid-19. Como mentalizador del Fondo Por Todos, me sorprendió mucho la respuesta solidaria que recibimos de parte de los ecuatorianos, para ayudar a nuestros hermanos.
Todo comenzó una noche mientras veía las noticias. Me conmovió mucho el drama de lo que ocurría en Guayaquil. Hubo un momento en que dije: “Esto no puede seguir así”. Tomé el teléfono y comencé a realizar llamadas. A las tres semanas de haber comenzado, ya habíamos logrado conseguir alrededor de 7 millones de dólares.
Todos los recursos recibidos fueron destinados para entregar alimentos a las familias que estaban en situación de vulnerabilidad, durante el aislamiento; insumos de detección y materiales de bioseguridad para los médicos y personal de primera línea; y la creación de centros de triaje externos, para evitar que los pacientes con síntomas diferentes estén expuestos al contagio.
Vistazo, en un artículo que publicó sobre mi gestión, resalta lo siguiente: “Capacidad de liderazgo, buena voluntad y transparencia. Sevilla mostró que era posible ponerse la camiseta de la solidaridad en la pandemia y motivó a otros empresarios a hacerlo”. Realmente, fue un trabajo conjunto de muchos colegas y amigos empresarios, a quienes quiero agradecer por aportar significativamente a esta causa.
Adicionalmente, también quiero agradecer a todos los ecuatorianos. Cada uno puso un granito de arena, que nos permitió llegar con ayuda a todos los rincones. Sin su apoyo, no hubiese sido posible que el Fondo Por Todos brinde asistencia a más de 600 mil personas en 20 provincias de todo el país, en especial en las comunidades de la Amazonía, guardianas ancestrales de nuestra sabiduría y tradiciones, que se encontraban en grave riesgo por el Covid-19.
Sin lugar a dudas, la solidaridad fue el sello de fábrica de un año tan complejo como lo fue el 2020. Gracias a este sentimiento de unidad, Ecuador pudo salir adelante y comenzar a ver la luz al final del túnel. Todavía nos falta mucho por hacer, pero ahora sabemos que todo es posible si trabajamos juntos, dejando de lado las diferencias y los rencores.